Su cuerpo ardía junto a las llamas
quise apagarla, se me escapaba
Y su piel se tornó hielo
quise abrazarla, pero quemaba
Mi aliento acerqué a su pecho
quise animarla, se volvió agua
Quise cogerla y a mi corazón llevarla
quise probarla, se derramaba
Le abrí mis puertas para que entrara
inundó el sol, el mar, las montañas
inundó el cielo, a Dios, mi alma.
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Muy hermoso, muy sensible, muy liberador. Me a encantado.
ResponderEliminarUn abrazo
Anouna
Gracias Anouna, le tengo un cariño especial a ese poema y eso que lo escribí hace muchos, muchos años.
ResponderEliminarUn beso.
Tengo la impresión al leerte que abro un precioso diario intimo,voy leyendo poco a poco,y me gusta este espacio lleno de inspiración,tienes algo muy especial,sin duda provoca abrir esta ventana y llevarse este poema para recordarlo durante el día,muy bello y liberador RO.
ResponderEliminarAmérica;
ResponderEliminarMuchísimas gracias, eres un amor. Siempre que escribo algún poema o pensamiento, es porque algo se mueve en mi interior.
un beso.